
GOOGLE ha anunciado cambios en lo que respecta a la gestión de cookies en Chrome, que se verán reflejados a partir de junio con la llegada de Google Chrome 76. De ahí en adelante, los usuarios podrán eliminar las cookies que realizan seguimiento, es decir, aquellas que no pertenecen a un solo sitio web, sino que están extendidas a lo largo de muchas webs, según explica el sitio especializado GenBeta.
En su presentación, Google reconoce los tipos de cookies que hay. Por una parte, las útiles para el usuario, que son los que permiten iniciar sesión una sola vez en una web y que la sesión siga abierta, o los que mantienen un carrito de compra inmutable en webs de comercio electrónico. Por otra, las que se utilizan para hacer seguimiento de las personas a lo largo de Internet, que son los usados para realizar perfiles por parte de actores interesados como puede ser la propia Google, de cara a vender publicidad.
Según Google, el problema es que para los navegadores las distintas cookies tienen el mismo aspecto, lo que hace difícil distinguir qué tipo de cookies se está usando. Lo que esto provoca es que cuando se eliminan las cookies en el navegador, automáticamente se cierren todas las sesiones y se eliminen las preferencias de las webs.
Otros navegadores, como Safari o Firefox hace tiempo que han estrenado medidas para reducir el seguimiento de la huella de los usuarios en Internet. En ese sentido, los cookies que se persiguen con esta medida son los ajenos a los propietarios de los sitios web, no aquellos que sirven para mantener, por ejemplo, una cesta o información de inicio de sesión.
Aunque se lanzaría en estos meses de 2019, Google lleva trabajando en esto desde hace al menos seis años, con interrupciones. Al igual que Facebook anunció hace unos meses, y reforzó durante su conferencia F8 2019, Google también quiere, según informa el Wall Street Journal, mostrarse como un actor totalmente comprometido con la privacidad. El plan se habría acelerado ante el caso de Cambridge Analytica y Facebook, que comprometieron la privacidad de casi 90 millones de usuarios. Desde Google habrían buscado la forma de no atacar a las cookies directamente, pero la complejidad de ofrecer alternativas a nivel global requería tantos cambios que finalmente han optado por ellas como objetivos.