Con la cancelación del Mobile World Congress, Barcelona pierde 500 millones de euros y 14 mil puestos de trabajo

Veinte grandes marcas suspendieron su participación y dan por perdidos presupuestos millonarios que se habían destinado a uno de los eventos tecnológicos más importantes del año. El metro de stand se pagó 1.200 euros, y miles de asistentes habían comprado tickets a un precio de entre 800 y 5.000 euros. Comienza la pelea legal por las indemnizaciones.

NO sólo se suspende “la gran vidriera” del año para el marketing y la tecnología mobile, sino que esta cancelación tiene efectos desastrosos para los organizadores del evento y la economía asociada a él. Los costes para la empresa impulsora del evento, GSMA, y las firmas que han cancelado, según fuentes del sector, ascenderían a cientos de millones de euros y aún son difíciles de cuantificar. Hay contratos cruzadas entre los distintos actores y las fuentes consultadas no conseguían apuntar quién pagará los costes de la cancelación. En lo único que coincidían desde la organización es que la factura para GSMA no será barata. 

Por un lado está la relación entre GSMA y las empresas que no habían decidido cancelar su asistencia, a las que en principio debería indemnizar. Por otro, entre GSMA y los asistentes que habían adquirido entradas para la feria a un precio que oscila entre los 800 y 5.000 euros. También hay contratos entre GSMA y proveedores así como entre proveedores y trabajadores. Otro de los contratos determinantes es entre la Fira de Barcelona, que administra el pabellón de exposiciones, y GSMA –el metro de stand cuesta alrededor de 1.200 euros– así como entre la Fira y sus proveedores.

Precisamente la Fira de Barcelona es una de las entidades que obtiene un mayor beneficio del MWC. La celebración de este evento supone el 30% de los 215 millones de euros que factura este ente público-privado.

El medio especializado en tecnología Wired apuntaba que la organización tenía decidido cancelar el congreso tras la baja de una veintena de empresas, entre ellas las principales operadoras europeas y americanas de telefonía. Desde GSMA no estaban dispuestos, sin embargo, a tener que asumir un coste tan elevado por cancelar la feria y presionaban a las autoridades para que declarasen un alerta sanitaria por el coronavirus que rebajaría sustancialmente el costo de anular el MWC.

En principio, cancelar la feria por una alerta sanitaria hubiese obligado a las aseguradoras a pagar una parte de las indemnizaciones a las más de 2.000 empresas que han mantenido su asistencia al congreso, una situación que haría que la factura de anular el MWC fuese mucho más baja para sus organizadores.

La administración, sin embargo, no ha dado su brazo a torcer durante las tensas reuniones del pasado miércoles. Todas las autoridades implicadas –ministro de Sanidad, consejera de Salud y alcaldesa de Barcelona– se han pronunciado ante la prensa para insistir en que se daban las condiciones para poder celebrar el evento.

Según las previsiones de John Hoffman, el consejero delegado de GSMA –la patronal de las empresas del sector–, el MWC iba a dejar unas cifras de récord en la edición de este año. Según los pronósticos de los organizadores, el congreso iba a reunir a 110.000 visitantes y dejaría más de 492 millones junto a 14.100 empleos temporales en Barcelona y su área metropolitana. El balance iba a ser aún más positivo que el de la edición de 2019, cuando acudieron 109.000 congresistas y el impacto fue de 473 millones con 13.000 empleos generados.