COVID-19: el 62% de las empresas sufre disminución en la demanda de sus productos o servicios

El dato surge de un estudio en la región Latam realizado por Bumeran que abarcó 17 países. Además, el 22% de los encuestados plantea que sus procesos o circuitos productivos no son viables frente a estos cambios repentinos.

A través de una encuesta regional realizada en diecisiete países, el portal de empleos Bumeran y la agencia especializada en marca empleadora Combo Employer Branding, se propusieron investigar el impacto que COVID-19 genera en el mundo del trabajo y el nuevo rol que los recursos humanos deben ejercer frente a esta crisis.

«RRHH es hoy más que nunca el nuevo “key player” de la mesa chica. Mientras pensábamos que su mayor reto sería enfrentar la transformación digital, COVID-19 está logrando transformar el mindset de los líderes de “la vieja escuela» contra los que luchaban. Ser un gran empleador ya no pasa por lucir las oficinas más modernas ni dar masajes, sino por volver a las bases garantizando el bienestar de cada colaborador y sostener las fuentes de empleo”, declaró Carolina Borracchia, especialista en marca empleadora y quien lideró esta investigación.

Dentro de las temáticas más sobresalientes del estudio, la migración de posiciones presenciales a remotas, así como el aumento de la frecuencia de las comunicaciones internas han sido variables altamente mencionadas entre los consultados.

Quienes respondieron la encuesta pertenecen tanto a empresas que realizan actividades actualmente denominadas esenciales (51%), como a actividades denominadas no esenciales (49%).

OPCIONES EN ESTUDIO: REDEFINICIÓN O CIERRE DEL NEGOCIO

Al momento de contestar acerca de las situaciones que enfrentan a propósito del nuevo escenario fruto de la pandemia, el 62% asegura sufrir un descenso en la demanda de sus productos o servicios (si esta pregunta se desglosa en actividades esenciales, el 52% manifiesta experimentar una baja de la demanda), el 22% plantea que sus procesos o circuitos productivos no son viables frente al cambio de escenario, el 10% alega falta de personal para cubrir las tareas a razón del ausentismo en parte impulsado por el aislamiento obligatorio.

También, un 22% expresa que enfrenta otro tipo de situaciones con consecuencias negativas tales como analizar la posibilidad de un cierre de operaciones (20%) o la necesidad de redefinir el negocio (12%). Hay una porción de los encuestados que consideran que las consecuencias hasta podrían ser positivas, ya que un 18% afirma estar trabajando con normalidad, un 14% plantea no haber tenido que enfrentar ninguna situación anómala a causa del Covid-19, el 17% asegura haber podido adaptarse al home office, el 9% declara estar iniciando nuevos procesos y el 4% afirma que cuenta con un incremento de la actividad.

Sin dudas, todas las organizaciones han debido implementar cambios de distinta índole. Entre las acciones más mencionadas destaca la migración de posiciones presenciales a remotas (73%), el incremento de la frecuencia en las comunicaciones internas (60%), la reasignación de presupuesto (41%), la inversión en telecomunicaciones y tecnología (27%), el análisis de potenciales desvinculaciones (24%), la implementación de servicios adicionales para transporte de colaboradores (20%), la revisión de salarios (19%), el desarrollo de acciones de RSE y/ o donaciones específicas para Covid-19 (17%), la negociación con sindicatos (16%) y llevar a cabo desvinculaciones de personal (11%).